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Una noche de estrellas

  • Foto del escritor: Sandra Gabriela
    Sandra Gabriela
  • 11 abr 2016
  • 1 Min. de lectura


Éste fin de semana mi hermana nos invitó a un campamento en un Observatorio Astronómico en Chapa de Mota.

La salida fue en el área de comida del Metro Rosario y en transporte público directo nos fuimos hasta Chapa de Mota , un trayecto de dos horas entre el calor de Abril y las curvas del camino, al llegar el organizador nos facilitó dos horas; una para ingerir alimentos y la otra para adquirir víveres para el campamento, aproximadamente a diez minutos de Chapa se encuentra la desviación para llegar al campamento, el lugar cuenta con asaderos y bancas de concreto, los sanitarios son compartidos y no cuentan con puerta de separación de las tazas para niños.

El ascenso al observatorio me llevó dos horas, en un camino que me cansó e inclusive me hizo dudar en completarlo, los últimos meses me he encontrado en diferente presión y mi cuerpo no ha terminado de adecuarse a la Ciudad (sí, suena tan pretencioso), pero ¡con motivación de mi familia lo logré!.


En el observatorio es posible apoyar económicamente a la familia que se encarga de cuidar las instalaciones comprando un rico café de olla u otros productos que ofrecen.

A pesar de que la noche se encontraba nublada tuve la oportunidad de observar a Júpiter, inclusive a dos de sus franjas y ya de regreso en el campamento pude maravillarme con admirar a Saturno y sus anillos, fue algo fabuloso, algo que ha quedado marcado en mi mente.


Observar los cuerpos celestes es una actividad que todos deberíamos hacer en nuestra vida.



 
 
 

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